NIIF: Todo se trata del acceso al capital
Publicado originalmente el 17 de noviembre de 2014
Nos encontramos frente a una nueva realidad, estamos de frente a uno de los cambios mas importantes que hemos vivido en cuanto a contabilidad e información financiera en nuestro país. Y es que desde 1993, los involucrados en la preparación y revisión de información financiera, no habíamos tenido molestias importantes ni cuestionamientos trascendentales sobre la forma en que debían ser registradas y presentadas las operaciones de una compañía en Colombia.
Con el aterrizaje de las NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera) en nuestro país, hemos empezado a adquirir nuevas necesidades de aprendizaje. Un aprendizaje que va mas allá de lo contable, un aprendizaje que nos lleva a cambiar nuestros paradigmas asociados a la teneduría de libros, un aprendizaje que nos hace pensar de forma diferente respecto de nuestros roles en la preparación y revisión de información financiera, un aprendizaje que nos lleva a pensar como financieros así no lo seamos.
Para empezar a enfrentar esta realidad, es importante entender el por qué de este cambio y por qué es relevante en todos los niveles sociales y económicos desde lo macro (gobierno, instituciones, comercio internacional, educación) hasta lo micro (organización empresarial, estructuras financieras, decisiones de inversión y financiación).
A manera de introducción de lo que será una serie de posteriores publicaciones respecto del impacto de esta coyuntura en la que nos encontramos inmersos, les compartiré un artículo de Paul Pacter (miembro de de la Junta del IASB) que puede ayudar a comprender la raíz de los cambios que estamos empezando a vivir:
“La buena información financiera hace que la inversión y los empréstitos sean más eficientes. Históricamente los estándares de información financiera fueron desarrollados individualmente por cada país. Algunas veces fueron establecidos por el gobierno, en otros casos por la profesión contable, e, incluso en otros casos, por una junta independiente. Los estándares nacionales tuvieron sentido cuando las compañías obtenían dinero, y los inversionistas buscaban oportunidades de inversión, solamente en su país sede.
Pero en los últimos 35 años ocurrió un gran cambio — la globalización de los mercados de capital del mundo. Ahora, los inversionistas buscan oportunidades de inversión en todo el mundo. Y las compañías buscan capital al más bajo precio donde quiera que sea. Casi a diario leemos acerca de fusiones transfronterizas. Y los inversionistas individuales pueden ingresar a sus computadores y comprar acciones en los mercados de valores de todo el mundo.
En los mercados de capital globalizados, las diferencias en la contabilidad hacen que los reportes financieros sean menos comprensibles y complican las comparaciones que los inversionistas y los acreedores desean hacer, obstaculizando la asignación eficiente del capital. Esto es igualmente cierto tanto para el capital patrimonial como para el capital de deuda, y también para las compañías grandes como pequeñas.
Los estándares globales de información financiera, cuidadosamente aplicados y rigurosamente cumplidos de manera forzosa, benefician a los proveedores de capital mediante:
presentar información financiera que sea comprensible, tanto domésticamente como a través de las fronteras,
mejorar la comparabilidad, y
elevar el nivel de confianza que los proveedores de capital puedan tener en los estados financieros que reciben.
Los estándares globales también benefician a las compañías que buscan capital, haciéndolo mediante:
reducir los costos del cumplimiento, y
eliminar las incertidumbres que afectan su costo del capital.
Los estándares globales también mejoran la consistencia en la calidad de la auditoría y facilitan la educación y el entrenamiento, así como el desarrollo de software”
Es necesario asimilar que la adopción de normas internacionales de información financiera en Colombia es simplemente la respuesta a la globalización. Esto es comparable con la necesidad de aprender inglés o de manejar una computadora. Es un proceso inevitable y que trae consigo retos y oportunidades, y si se aprovecha adecuadamente, trae a sus espaldas beneficios económicos para las compañías (de cualquier tamaño) y para los profesionales involucrados en este proceso.